/images/old_page/28049.jpg"text-align: justify">Con ito se socializó la Formulación del Plan de Manejo Ambiental de Páramos y Humedales y la Formulación del Plan de Conservación de Especies Amenazadas (Ojos de Anteojos y Danta de Montaña) en los ecosistemas estratégicos de interés regional o local del departamento del Huila.
Durante el mes de julio en los municipios de Pitalito, Garzón, La Plata, y Neiva se llevaron a cabo talleres divulgativos de los planes de manejo ambiental para el departamento de Huila, en el marco del convenio que suscribió la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena CAM con la Gobernación del Huila y ONF Andina.
El evento contó con la participación activa de los funcionarios de la Unidad de Parques Nacionales, el Ministerio de Ambiente, la CAM, los Municipios, presidentes de Juntas de Acción Comunal, representantes de organizaciones productivas y comunidad en general; dispuestos a generar propuestas para la conservación de los recursos naturales del Departamento.
Problemática
La conservación de la Danta de Montaña y el Oso Andino es importante para mantener la dinámica y el funcionamiento de los ecosistemas en los que se encuentran, debido a su papel en la dispersión de semillas, dinamización de procesos en los bosques, movilización de materia y ciclaje de energía. Los ecosistemas que habitan forman parte del “Centro de Diversidad Andino”, catalogada como la región más diversa del planeta.
Son múltiples las presiones a las que se han sometido estas dos especies, como la cacería, pérdida de hábitat, el aislamiento de poblaciones y la introducción de especies exóticas. La cacería se desarrolla por razones de subsistencia, por deporte, para proteger los cultivos y para traficar ilegalmente sus partes o los animales vivos. La pérdida de sus hábitats ha sido ocasionada por la expansión de la frontera agrícola, la persistencia de sistemas productivos inadecuados de agricultura y ganadería extensiva, la extracción de madera para uso doméstico, cultivos agrícolas y comercio ilegal. Aunque no existe una evaluación precisa del impacto de esta amenaza, se calcula que alrededor de 200 osos son cazados cada año en la Ecorregión Andes del Norte.