Gracias al trabajo de conservaci de 45 familias, la danta de montaña y el oso de anteojos, tienen en el municipio de San Agustín asegurado su hábitat natural.
El sector de La Castellana, está ubicado aproximadamente a una hora del casco urbano del municipio de San Agustín, por una vía destapada pero en muy buenas condiciones.
Esta vereda, que hace parte de la zona del Corredor Biológico Guacharos–Puracé, hoy es un verdadero ‘templo natural’, un escenario en el que la danta de montaña y el oso andino, especies en alto grado de extinción, encuentran su hábitat natural.
Desde hace siete años, el grupo asociativo Cinco Río-Tambo Robado, con el apoyo de la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM), inició un proceso de conservación y protección de los recursos naturales de esta zona.
“Nosotros no éramos consientes de lo que teníamos alrededor, hasta que se desarrollo en la región el proyecto de Corredor Biológico. Nos abrió los ojos y comprendimos lo privilegiados que somos”, comenta Héctor Males Silva, miembro fundador del grupo.
‘Cinco Ríos-Tambo Robado’ está integrado por 45 familias campesinas, se concentra en tres actividades: social, productiva y ambiental. “Hemos implementado los grupos de mujeres y el de jóvenes, los cuales son los encargados del monitoreo de especies en riesgo. En el área productiva estamos desarrollando cultivos de frijol, alverja y café con mecanismos que generen un bajo impacto ambiental”, señala Edwin Albeiro Masorra Quinayás, representante legal de la organización.
“La Danta, nuestro orgullo”
Recuerda don Leonel Guatín, una de las personas más antiguas en la zona, cómo hasta hace ocho años, decenas de hombres llegaban hasta las montañas de La Castellana con el único objetivo de cazar dantas (Tapirus pinchaque) y osos de anteojos (Tremarctos ornatus).
“Vi, y también hice parte, de la caza de dantas, de osos y de venados, antes, nimalito que se nos presentaba, le dábamos candela. Era una cultura que teníamos, pero hoy me da tristeza recordar lo que hacíamos”.
Sin embargo sostiene, “hoy en día me siento feliz de ver los animales que andan libres en un bosque natural. Gracias a los proyectos que han desarrollado en esta vereda, ya no somos inconscientes”.
Y es que la danta de montaña se ha convertido para los miembros de ‘Cinco Ríos-Tambo Robado’ en una de las especies insignias, y por procurar su conservación no escatiman esfuerzos.
Hace cuatro meses, aproximadamente, con el apoyo de la CAM, se instalaron cuatro cámaras de monitoreo, y el resultado obtenido son cientos de fotografías y de videos de las dantas y del oso de anteojos caminando tranquilos en su hábitat natural.
“Para nosotros estos registros, son una recompensa al trabajo y a la dedicación. No hay palabras que puedan describir lo que sentimos cuando revisamos las memorias de las cámaras y encontramos las fotos de estos bellos animales…eso no tiene precio”, sostiene Héctor Males.
Las cámaras han sido ubicadas en un lugar estratégico llamado El Salado, una afluente de agua azufrada, hasta donde las dantas y los osos llegan a beber de ese particular arroyo.
El Salado está localizado muy cerca de una cascada del río Balsero, que popularmente se conoce como el ‘Salto de la Danta’, nombre que recibió de los cazadores, pues según se cuenta, en tiempos de cacería, estos animales huían hacia ese lugar y se lanzaban desde la parte alta, con tan mala suerte que al caer era acorraladas por los cazadores y sus perros.
“Ahora el Salto de la Danta queremos convertirlo en un sitio donde los visitantes tengan el único objetivo de cuidar a este animal”, manifiesta Ramiro Males Silva.
Sendero ecológico
Con el apoyo de la CAM y de la Alcaldía de San Agustín, el agrupo asociativo tiene previsto la construcción de un sendero ecológico en donde los visitantes puedan estar en contracto directo con la naturaleza, mientras reciben charlas sobre la importancia de proteger y conservar los recursos naturales.
“Nuestro propósito es poder compartir este sitio maravilloso, todo lo que tenemos y hemos logrado preservar, porque como siempre lo he dicho, este trabajo no es para nosotros, es para las futuras generaciones, porque ellos también tienen el derecho de disfrutar de la naturaleza y es responsabilidad de los adultos, asegurarles esto”, enfatiza Héctor Males.
Una gran experiencia
Olga Yineth Dorado Masorra
“Esta es una experiencia muy bonita, nos enseña a cuidar las especies que tenemos en vía de extinción. El llamado es para que nos ayuden a cuidar la danta y el oso andino, que no nos acaben estas especies”
Edwin Albeiro Masorra Quinayás
“En todo este proceso estamos haciendo monitoreo de especies en riesgo, implementando cercas vivas, haciendo aislamientos, reforestaciones, trabajo que hemos logrado en conjunto con la CAM”
Luis Alonso Jiménez
La intención es dar a conocer este ecosistema a todo el país, y a los visitantes para que reconozcan la importancia de nuestra naturaleza.
Héctor Males Silva
“La CAM nos ha tenido muy en cuenta, con asilamientos, cercas vivas, hornillas, y capacitaciones. Esperamos que nos sigan apoyando, porque este trabajo es de continuidad y no hay que decaer. El llamado a la comunidad es a seguir conservando esto es para las nuevas generaciones, para los que vienen”.
Edgar Muñoz Anacona
“Soy nuevo en el grupo pero estoy muy contento, porque anteriormente no conocía lo que teníamos en la zona, no sabía el valor. Ahora me doy cuenta que esto es muy benéfico, adquirimos experiencia y así mismo la vamos proyectando entre la familia, con los trabajadores y amigos”
Ebert Males Silva
“Esto es sembrar una semillita, es enseñarles a los niños que la conservación es mejorar la calidad de vida y ese es un trabajo que nos corresponde como padres de familia y así mismo a los profesores”
Aide Albenis Tucarres
“En el grupo somos cuatro hermanos y mi hijo, toda la familia estamos en este proceso, que es maravilloso. Qué bueno que toda la gente tuvieran la posibilidad de observar este regalo que nos ha dado Dios”