Disfrutar la Semana Santa en paz con nuestros recursos naturales es la invitaci de la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena CAM, que busca proteger la palma de cera, el loro orejiamarillo y otras especies a las cuales esta época se ha convertido en un verdadero calvario.
Un total de 14 mil palmas arecas fueron distribuidas por la entidad ambiental con el apoyo del Grupo de Protección Ambiental de la Policía Nacional en el Huila, ya que algunas especies vegetales todavía son utilizadas para la celebración del Domingo de Ramos, por lo que se busca reemplazarlas por otras comunes o plantas vivas, así como la protección de otras especies de fauna que sufren graves amenazas durante esa época como las iguanas y tortugas hicotea.
Las especies fueron entregadas en la celebración de la misa del Domingo de Ramos en las Direcciones Territoriales Norte en Neiva, en la iglesia Catedral, así como las iglesias de los barrios San José, Chicalá, Cándido, Camponúñez, El Jardín, Quebraditas, Ipanema y Las Granjas. De igual forma, en la Dirección Territorial Occidente (La Plata), Centro (Garzón) y Sur (Pitalito), mediante acciones concertadas con las parroquias y Alcaldías Municipales.
Especies en peligro La palma de cera aumentó su demanda al ser utilizada en la elaboración de "ramos benditos" para la celebración de Domingo de Ramos, por lo tanto ha visto sus poblaciones dramáticamente disminuidas. Esta es una especie vedada en el territorio nacional y fue declarada como árbol nacional y símbolo patrio de Colombia mediante Ley 61 de 1985, y es además hábitat natural (único hogar) del loro orejiamarillo en vía de extinción.
En el Huila predominan las especies de palma chonta utilizada como recurso maderable; y de cuesco y palmicha que son utilizadas para elaboración de ramos para esa celebración religiosa.
Las iguanas y las tortugas (Hicotea y Charapa del Magdalena), cuya carne y huevos son consumidos en esta época, que corresponde a su etapa de anidación y reproducción, también son sometidas a ese “calvario” que año tras año las persigue por la irracionalidad o falta de conciencia de algunos colombianos, quienes atribuyéndoles poderes afrodisíacos, movidos por ganar unos cuantos pesos o para tenerlas como mascotas, las están extinguiendo de manera dramática.
Sanciones
Las actividades de comercio, tenencia y aprovechamiento ilegal de flora y fauna silvestre acarrea sanciones que pueden ir desde un salario mínimos hasta 5.000, algunos de estos delitos pueden conducir a la cárcel.
“Invito a todas las personas que posean especies silvestres a que los entreguen a la CAM, entidad que cuenta con un Centro de Urgencias y Atención de Fauna Silvestre donde se rehabilitan y reubican. De igual forma, a que se abstengan de comprar o traficar estas especies indispensables para el equilibrio natural”, concluyó Borbón Ardila.
