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Educación ambiental: una diversidad de miradas en torno a un objetivo común

“Nuestra diversidad unida por la Educación Ambiental”, es el lema de la conmemoración del Día Mundial de la Educación Ambiental  para este año.  Desde este contexto, se pretende resignificar que el cuidado y la corresponsabilidad entre los seres humanos, y de ellos hacia el medio ambiente, constituye una imperativa misión personal y en colectivo, en la que todos estamos implicados y comprometidos.

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Como lo expresa Adriana Arias Hernández, coordinadora de la Educación Ambiental de la CAM, “la educación ambiental debe tener miradas interdisciplinarias, miradas desde la complejidad.  Es a partir de la diversidad como la educación ambiental ha ido evolucionando a partir del siglo pasado.  La inclusión de percepciones y prácticas provenientes de comunidades indígenas, campesinas, los grupos sociales, han sido fundamentales para el cuidado y la preservación del ambiente.  No podemos quedarnos solamente con la postura científica y academicista;  los saberes ancestrales, populares, han permitido asumir y, de alguna manera, resolver problemáticas que se presentan en el objetivo por la conservación”.

Para conmemorar esta fecha ambiental, la CAM ha querido reunir diferentes voces, provenientes de distintas disciplinas del conocimiento, para que nos expresen su opinión acerca de lo que significa, para cada uno de ellos, la educación ambiental y el rol que juega o debería jugar, en la crisis  planetaria. 

A las preguntas: ¿Qué significado tiene para Usted, desde su profesión u oficio, la educación ambiental?  Y ¿cuál la importancia de ella, en el momento actual?, respondieron lo siguiente:           

OPINAN LOS DOCENTES

Rosa Collazos, Comunicadora Social, Docente I.E. Rural de Algeciras.  Considero que la educación ambiental es esa formación que recibimos en la casa y también en la escuela, acerca de nuestra relación con lo que nos rodea y debe estar basada, fundamentalmente, en la gratitud, en la solidaridad, en el cuidado permanente. 

Aunque soy docente del área de lengua castellana, pienso que debemos hablar de la ética de la naturaleza, de la responsabilidad que tenemos como ciudadanos respecto al entorno y los derechos que demandan de nosotros la flora, la fauna y demás especies.  Por eso desde mi asignatura, trabajo con niños y jóvenes esa relación de ellos con la naturaleza.

Actualmente lidero el concurso municipal de cuento: “Palabras y sueños desde la montaña” y observamos positivamente cómo los contenidos que proponen los estudiantes guardan relación con la extinción de algunas especies, la disminución de las cuencas hídricas, la falta de compromiso de los adultos con esa ruralidad que los rodea.

La educación ambiental es pertinente, necesaria y urgente.  Hablar de la ética de la naturaleza, de la responsabilidad, del compromiso de todos es fundamental, abordándolo de una manera integral frente a las condiciones críticas que exige nuestro planeta.  Definitivamente es un tema de agenda en todas las instituciones y la sociedad en general.

José Onías Cuéllar, Literato – Poeta, Docente I.E. Urbana de Neiva.

Luego del desastre acontecido en Hiroshima y Nagasaki, de la carrera armamentista, del advenimiento de la tecnología avasallante, vemos cómo el hombre ha perdido el sentido del origen, la identidad, el ser de su naturaleza e, igualmente, entendemos la forma en que el consumismo nos ha apartado de la esencia.

Nosotros, los seres humanos, estamos conectados desde nuestro cuerpo, con nuestro sistema, a la naturaleza, pero nos hemos perdido tras las ansias de poder, de conquista, de dominación.  ¿Qué hacer?  Recuperarnos desde las pequeñas cosas, comenzar a reconstruirnos, reconocer que somos en esencia naturaleza y que, de una manera consciente, debemos volvernos habitantes en el mundo, con el mundo y para el mundo natural y social, desde luego.

Mi llamado es a hacer un alto a la velocidad de producir, de consumir y comenzar a convivir de manera natural;  los pueblos originarios nos lo enseñan, aprendamos de ellos.

Aldemar Macías, Sociólogo y Docente  Universitario.

Desde los griegos, civilización occidental, se originó un mundo bipolar, dualista, en el que la materia se separa del espíritu, el cuerpo del alma;  una mirada fracturada que con la llegada de la modernidad y con el desarrollo de las ciencias, divididas en “exactas” y “humanas”, lo incrementaron.  En últimas, lo que se produjo fue un distanciamiento de la relación del ser humano con la naturaleza.

A partir del positivismo y con el modelo económico en el que lo importante es la utilidad, se ha tratado a la naturaleza como “un codiciado botín”.  La actitud despiadada y el uso desproporcionado de los recursos naturales, nos llevó al mayor desequilibrio planetario, traducido en la “crisis climática” por la que atravesamos en la actualidad.

El calentamiento global es el problema número uno de la agenda mundial. Estamos en una fase llamada “crisis climática” y si pasamos a la siguiente fase que es la “catástrofe ecológica”, ya no habrá punto de retorno para salvarnos como especie porque lo que está en riesgo no es el planeta sino los humanos.  Una de las grandes evidencias, debido a la sobre explotación y comercialización de especies animales, es la pandemia (COVID 19 y sus distintas cepas)  que padecemos desde hace un par de años.

Para responder sobre la necesidad imperante de la educación ambiental, quiero referirme a un ensayo, que tuvo gran circulación mundial, del pensador y crítico brasileño Boaventura de Sousa Santos, titulado “La cruel pedagogía del virus”.  En él nos muestra cómo en medio de esta situación tan dolorosa, no solo por la pérdida de vidas humanas sino también por las consecuencias de distinta índole,  éste virus ha sido un pedagogo.  El asunto es que nosotros entendamos el mensaje y hagamos el giro radical para asumir la vida de forma distinta. 

Tenemos que cambiar la manera de entender la vida.  Se requieren  transformaciones profundas en la cultura, en la educación, en lo político, en lo espiritual, en todos los ámbitos.  Debemos asumir que el problema climático no es solo ambiental sino que afecta absolutamente todas las dimensiones y dinámicas.  Ahí es donde necesitamos una propuesta de educación ambiental que penetre trasversalmente, y que nos ayude a desarrollar otras narrativas distintas a la del modelo que asumimos con desenfreno, en el que absolutamente todo es mercancía, sin tener en cuenta que los recursos naturales son limitados.

¿QUÉ DICEN LOS QUE INTERVIENEN EL ESPACIO PÚBLICO?

En una perspectiva de ética, equilibrio e integralidad respecto a las relaciones del ser humano con su entorno, similar a la de los docentes interrogados, el arquitecto Ernesto Alarcón  y el ingeniero civil Alfonso Casas, expresaron su pensamiento en estos términos: 

Ernesto Alarcón, Arquitecto.

La visión del arquitecto parte del principio del espacio;  nosotros somos trabajadores del espacio y el medio ambiente es espacio, así que es parte integral de nuestro ejercicio profesional.  Esto requiere la comprensión de la existencia de seres vivos e inertes y esa integralidad hay que tenerla presente dentro del espacio.  Significa, además, comprenderlo desde la ética en una relación de esos seres entre sí, en equilibrio.

En este contexto de interrelación dentro del espacio, debemos asumir la responsabilidad que tenemos cada uno de los seres vivos y debe partir de la moral, como principio humano e intrínseco.  Cuando se pierde la moral, la responsabilidad y el equilibrio, debemos entrar a revisar y estructurar unos mecanismos de formación, que nos ayuden a entender que pertenecemos al conjunto de seres vivos.

Cuando hablo de formación y no de educación es porque la formación es parte integral del ser;  viene con el ser, uno está formado como persona que no mata y si se pierde esa formación, por alguna razón, hay que capacitar para cambiar de patrones, “abrir los ojos” para verificar que estamos en íntima correlación con los demás seres de la naturaleza y por tanto tenemos corresponsabilidades con el equilibrio.  Debemos partir de los valores que tenemos, para generar conciencia y  fortalecernos entre todos.   

Alfonso Casas, Ingeniero Civil.

La educación ambiental debe estar comprometida, así sea de manera tardía, como pilar de la sobrevivencia de la especie humana. Es un tema de conciencia.  Más allá de hacer uso, hemos llegado al abuso de los recursos naturales y eso sin distingo de profesión u oficio.

Pienso que el universo funciona desde el equilibrio;  cuando se desbordan ciertas variables, vienen consecuentemente las crisis.  Hoy estamos en un punto de casi “no retorno”, que lo evidencian las pandemias que padecemos y su crecimiento viene siendo exponencial.

Debo decir que la normatividad en Colombia es incipiente frente a lo que debería ser, refiriéndome al ejercicio de la profesión.  El ser humano, en cualquier desempeño y no solo en las ingenierías, hace mal uso de muchos elementos que van en detrimento de la conservación del planeta.  Por eso considero que el tema de la preservación ambiental es un tema de conciencia, de ética, del individuo.  Por ejemplo, temas como el reciclaje y la selección de desechos son de la cotidianidad, de la casa. 

LA AUSENCIA DE EDUCACIÓN AMBIENTAL

Coinciden un par de profesionales en afirmar que ha habido ausencia de educación ambiental;  la economista Beatriz Durán se refiere a su época de estudiante universitaria y durante los primeros años de ejercicio profesional y el médico Pedro Pablo Tinjacá, habla del actual momento en Colombia.

Beatriz Durán, Economista. 

Durante mis años de cursar la carrera, en Bogotá, años 70 y 80 del siglo anterior, no recibí ninguna cátedra específica que tuviera relación directa con el cuidado ambiental.  Más tarde, en el ámbito que me desempeñé como profesional, en entidades de la banca y financieras, guardando relación estrecha con las empresas e industrias, se observaba que, aunque ya empezaba a advertirse la necesidad de procesos y prácticas amigables con el entorno, no se ponían en práctica;  no se veían cambios en los patrones de comportamiento tradicional.

En la actualidad ya existen incentivos y, en el peor de los casos, multas por contaminación, de tal forma que se ha tenido que ir cambiando o adaptando a formas de producción que ayuden a la preservación del medio ambiente.

La educación ambiental debe guiar la forma de regular toda la actividad económica, con el fin de disminuir el impacto negativo, principalmente proveniente de las industrias.  Es necesario que se imponga el uso de energías limpias y renovables, capaces de regenerarse por medios naturales.

Pedro Pablo Tinjacá, Médico.

Educación ambiental no hay.  Por lo menos no la vislumbro desde el sector oficial;  de pronto uno se encuentra con voces de organizaciones y líderes ambientalistas, pero son voces aisladas. 

Estoy de acuerdo en que debe existir la educación ambiental;  es fundamental y debe ser parte transversal de todos los programas educativos, desde el jardín infantil.  Pienso, pues, que es necesario implementar la educación ambiental no solo a través de las instancias educativas y ambientales sino desde todo el sector oficial, incluyendo el de la salud.  No podemos ser ajenos e indiferentes, frente a una demanda imperante como la de procesos de formación ambiental, respecto al cuidado personal y de los otros, en una crisis de salud mundial como la que vivimos.

En la misma dirección de la del médico Tinjacá, la profesional en nutrición, Martha Torres, se refiere a la preocupación que existe en su sector respecto a información, capacitación y buenas prácticas, relacionadas con la seguridad alimentaria que debe ir en concordancia con la educación ambiental. 

EDUCACIÓN AMBIENTAL Y SEGURIDAD ALIMENTARIA  

Martha Torres, Nutricionista. 

La educación nutricional debe ir en acorde con la educación ambiental, principalmente por un tema fundamental, el de la seguridad alimentaria.  El medio ambiente influye en el tipo y cantidad de alimentos disponibles para el consumo.

La contaminación ambiental, debido a químicos industriales y agrícolas, plaguicidas, pueden comprometer el estado de salud y de nutrición de las personas, de manera directa o por los cambios en la dieta, según la zona geográfica donde se encuentren.  Así mismo, en cada región demográfica se encuentran disponibles determinados alimentos, influyendo en la selección de lo que se consume y condicionando los hábitos alimentarios, afectando la composición nutricional. 

Se requiere de acciones inmediatas de los gobiernos, especialmente en educación y comunicación, que repliquen los mensajes e implementen las acciones sobre la forma correcta de producción, comercialización y distribución de alimentos, con el fin de que lleguen de forma segura al consumidor final y, de esta manera, protejan su estado nutricional y de salud.

Finalmente, se hace necesario conocer las apreciaciones de los profesionales en el tema ambiental y de los procesos educativos en tal sentido.  La mirada del ecólogo Luis Fernando Muñoz, quien es empresario de cacao en el Huila y la de la psicóloga, especialista en educación ambiental y quien coordina el proyecto Educación y Cultura Ambiental de la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena, CAM, Adriana Arias Hernández.

LOS PROFESIONALES EN EL TEMA

Luis Fernando Muñoz, Ecólogo.

La educación ambiental debe proponer y lograr que las acciones y comportamientos de las personas, conlleven a mantener una relación de respeto y sostenibilidad con el medio ambiente y con las comunidades que lo conforman (seres humanos, flora y fauna).

Considero que la educación ambiental debe ser la base de la educación formal.  Es decir, las diferentes asignaturas estar estrechamente relacionadas con el tema ambiental;  esto daría una visión holística sobre la importancia de la conservación y preservación del planeta.  Desde los primeros años de vida y no como una materia aislada y finalizando la secundaria, debe impartirse educación ambiental en nuestro país.

Adriana Arias Hernández, Educadora Ambiental.

Expresa que existen múltiples posturas respecto a enfoques, alcances, principios de la educación ambiental.  Sin embargo, considera que es un proceso donde se incentiva hacia comportamientos que impulsan acciones ya no solamente remediales, sino también preventivas.

Así mismo, afirma que la educación ambiental vincula procesos desde diferentes esferas del ser humano (lo racional, lo espiritual, lo emocional), dando paso a una visión integral para la vida, en la que los temas de la educación formal y no formal estén involucrados, así como otras áreas del conocimiento, entre ellos el arte y las expresiones sociales y comunitarias.

Declara, igualmente, que desde un contexto histórico, la educación ambiental que surge mundialmente hacia fines de los años 60, Siglo XX, como una respuesta a los problemas que adolece la tierra, para generar conciencia de la relación hombre – naturaleza, se ha ido desarrollando en función de la perspectiva por brindar al ser humano la posibilidad de valorar y respetar esas otras formas de vida, en procura de una mejor calidad para todos.  De esto depende, en gran medida, nuestra superviviencia como especie, concluye.

 

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